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Jacinto Licea, 65 años después

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El pasado viernes se dio a conocer una noticia impactante, la directora general del Instituto Politécnico Nacional solicitó la renuncia del que hasta ese momento era el decano del coacheo en México, Jacinto Licea Mendoza, quien en el ocaso del 2011, cumplió 65 años en su labor como entrenador en el politécnico. La cual desarrolló a la par de su profesión de médico.

Sólo hubo una pausa de tres años, donde no fue formador de hombres, 1968-1871, que es cuando asumió los controles de las Águilas Blancas. Escuadra con la cual ganó la mayor parte de sus reconocimientos, al margen de los campeonatos nacionales en 1973, 1981-1982, 1988 y 1992. Los más espectaculares.

Hoy día, dado el tiempo transcurrido, se suele decir que la Guerra Cristera fue producto de la intolerancia religiosa e parte del flamante sistema de PNR; sin embargo, las huestes romanas tienen su parte al cerrar los templos para forzar el levantamiento popular y así provocar la derogación forzada de artículos Constitucionales, el  3, 127 y 130 de la Carta Magna establecida el 5 de febrero de 1917.

Esto se comenta porque el padre del coach Licea murió a manos de fanáticos cristeros, cuando Lázaro Cárdenas era gobernador de Michoacán. El Tata Cárdenas, trajo del Bajío a la Capital a toda su familia. Muy joven, ingresó a la institución educativa formada a consecuencia de que la Rectoría de la UNAM, con tendencias derechistas, se negó a colaborar con el proyecto de Educación Socialista del presidente michoacano; de esta manera, es como aparece en escena el IPN en el año de 1936, con la reconformación del Instituto Técnico Industrial, una serie de escuelas cuyo antecedente era haber sido puestas en marcha por Benito Juárez, comenzando por la ESCA y lo que ahora es la ESIME.

Sin proponérselo el coach Licea, él era una muestra de cómo los detestados proletarios de Paulina Nieto, salían adelante gracias al gobierno emanado de la Revolución. El clásico Poli vs. Universidad, bajo este contexto en realidad era llevar al campo lo sucedido en la vida cotidiana, la confrontación de la reacción (pues la UNAM tenía la arrogancia de resguardar el saber del país acuñado desde la colonia a Porfirio Díaz), del otro lado, los Burros Blancos eran la frescura de una escuela nacida de la urgencia de contar con toda clase de técnicos que fueran el soporte de los requerimientos industriales por los cuales se lograría el fallido desarrollo.

Lucha de clases recalcada siempre, al ser entrevistado el doc Licea: Mientras los estudiantes del Poli no tenían dónde dormir, porque eran provincianos de pocos recursos que venían a México a estudiar para sacar adelante a sus familias. Mientras, en la Universidad, su alumnado solía ser de clase media alta; definitivamente, las condiciones sociales no eran iguales en una y otra, pero ambas construyeron al país, algo que no le gusta a la derecha, pero es la verdad, afirma.

Esta condición social, le dio un sello especial a los jugadores y aficionados del politécnico, estar siempre, en las buenas y malas.  De otra manera, no hubieran sido posibles proezas como la de 1965, cuando una fenomenal carrera del Omar Fierro, papá, apagó las antorchas de los universitarios, en el propio Estadio Olímpico de CU en 1965.

Se hablan muchas cosas de esta salía, la principal, este año, las aves guinda y blanco finalizaron la temporada regular con marca de 2-4 en la Conferencia del Centro, 110 puntos a favor y 1|95 en contra. A todo esto, hace tres años, Jacinto Licea fue una de las piezas fundamentales para la reconformación de la ONEFA.

En la cual, se dividió la Liga Mayor de nuestro país, nosotros los ricos, o el sistema Tecnológico, comenzando con el Tec de Monterrey, fueron corridos, para que nosotros los pobres, más los Linces de la Universidad del Valle de México, con el idea o ilusión de la equidad, le dieron vida a la nueva ONEFA o el rincón de nosotros los pobres. Su premisa es que poner a jugar a todos contra todos, incrementará el nivel e interés de la competencia.

Cierto es que en el primer año del experimento, disputaron la final contra Pumas-CU, después de eso, la parvada del Casco de Santo Tomás no ha vuelto a ver la suya; los coaches, pues parece que los rectores no opinan, dicen que salta a la vista la “competitividad de la Organización Nacional Estudiantil de FBA”; sin embargo, es cuando menos cobertura mediática se ha tenido. Peor aún, con el pretexto de la “seguridad”, pues los porros en una y otra institución no pueden existir sin la bendición de la punta del iceberg, se jugó el Pumas-CU en un par de veces a puerta cerrada.

Al principio de este texto se resaltaba la condición humilde de los estudiantes politécnicos, algo de ello, fue el sello de los equipos de Jacinto Licea, combativos, no corpulentos y altos, pero altamente peligrosos, porque nunca doblaron los brazos para vencer al adversario; eso lo comenta Diego García Miravette, el gran antagónico de esta historia, con los extintos Cóndores de la UNAM. Lo recuerda.

Una larga y exitosa trayectoria termina, sonará trillado, pero pocos dudan que quien llegue, tendrá el reto de llevar le hueco hoy vacante en las Águilas Blancas, uno de los equipos más importantes de México.