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De Tocho

Lecciones de las Finales de Conferencia por @DeTocho_mx

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El fin de semana pasado me dejó tan desgastado emocionalmente que por eso posteo este Blog mucho más tarde de la hora acostumbrada.Así se viven los playoffs en la casa de DeTocho. Y es que después de ese fin de semana, no sé que más se le puede pedir al Super Bowl.

Remontadas, check.

Sorpresas, check.

Final dramático, check.

Brady face, check.

Otra página al legado de Lewis, check.

La verdad es que tuvo de todo. No veo a nadie que se pueda quejar, claro, excepto la esposa de Wes Welker.

¿Quién?

Si, la esposa de Wes Welker.

Resulta que la señora de Welker, Anna Burns por si quieren seguir googleando sus fotos, después del juego dijo a través de su página de facebook este bonito mensaje:

“Orgullosa de mi esposo y los Pats. Por cierto, si alguien está aburrido, por favor visite la página de Wikipedia de Ray Lewis. Seis hijos, cuatro esposas. Absuelto en un caso de asesinato. Le pagó a la familia de la víctima. Wow. Vaya jugador del Salón de la Fama! Todo un modelo a seguir!”.

De acuerdo, no dijo mentiras y muchos nos expresamos así, yo en lo personal, me refiero a Lewis como “El Asesino” sin el menor empacho. Pero a diferencia de la señora Welker-Burns (Miss Hooters) yo no me gano la vida posando en bikini ni sirviendo alitas de pollo en shorts anaranjados. O al menos yo no lo hago en público.

Ya es el segundo berrinche marital de un jugador de los Pats, después de la rabieta de Ms. Bündchen en el pasado Super Bowl. Y la gente se sigue preguntando porque es divertido cuando los Pats pierden…

En fin, eso es solo el glaceado en lo que fue un domingo de juegos espectacular.

A mi, en lo personal, me dejó con un sabor agridulce. Pues si bien siempre es divertido ver a Brady y Belichick buscando excusas, me tumbaron mi pronóstico de Super Bowl de inicio de temporada.

Pero fuera de eso, me deja satisfecho.

Ahora veamos las lecciones que nos dejó.

San Francisco 28-24 Atlanta 

Hay cosas que no se pueden disimular en esta vida: Estar borracho, estar enamorado y ser un equipo chico.

La primera de ellas aplica a un servidor. La última aplica a los Halcones de Atlanta.

No hay otra explicación, arriba 17-0, en casa, con un equipo con talento envidiable. Y de alguna manera no fueron capaces de ponerle el pie en el cuello.

La falta de instinto asesino, no es algo nuevo en  Atlanta, les pasó durante toda la temporada y encontraron un pésimo momento para recordar esas prácticas.

Por otro lado, no voy a ir tan lejos como el afamado y laureado columnista Rick Reilly, quien dijo que Colin Kaepernick será mejor que Steve Young, pero si me puedo aventurar a decir que San Pancho está en muy buenas manos para el futuro inmediato. Tanto por la persona que tiene el balón, The Kap, como pr la persona en las laterales, Jim Harbaugh.

La mejor señal que puede dar un equipo en los playoffs es confianza y esa le brota por los poros a Harbaugh y los Niners. No es fácil ponerse abajo 17-0 en playoffs. No en un territorio hostil. Y menos manteniéndose fiel a su estilo. Pero San Francisco nunca se desesperó. Hizo los ajustes en defensa y metódicamente fue borrando ese déficit, como mejor sabe hacerlo, estableciendo su ataque terrestre. Eso es confianza y no esos falsos anuncios de anti transpirante masculino.

banner2Y hablando de confianza. En Atlanta necesitan una fuerte sesión de terapia, de seguridad en si mismos. ¿O es el peso de la historia en esa ciudad? No estaba ahí, sino en mi oficina, pero arriba 17-0, en la víspera del Super Bowl, jamás escuché que el domo se hiciera sentir. Que pesara, que provocara castigos y tiempos fuera, que se metiera en la piel del chamaco. Mismo caso, estando a menos de 20 yardas con menos de dos minutos para darle la vuelta al partido. La afición jamás se hizo presente. Mismo reflejo de su equipo. Tibio, sin espíritu.

San Francisco es justo ganador. Por juego, por conjunción, confianza, paciencia e inteligencia. Atlanta está, con justicia, en casa. Por no atender los pequeños detalles. Por no poner el balón en manos de sus mejores hombres, por salir a especular en la segunda mitad, como equipo ratonero de soccer.

Lo lamento por Tony González, que a su edad sigue siendo elite entre las alas cerradas. Lo lamento por ser un jugador con clase de sobra, manos de artesano y pies ligeros. Lo lamento por él, porque aún si decide regalarnos un año más de su talento, no ganará nada. No con los Halcones.

 

Baltimore 28-13 Nueva Inglaterra

Como ya les había comentado, este juego me tenía, en lo personal, entre la espada y la pared.

Ganara quien ganara, yo perdía.

Pero si me dan a escoger ver a un grande retirarse en el escenario máximo o ver a Tom Lady de nuevo en un Super Bowl. Tomo la historia emotiva siempre.

Si eso significa ver a Brady y su ego destrozado, a Belichick y su soberbia silenciada, pues ya es doble ganancia.

Yo no lo digo, lo dice Terrell Suggs:

“Son los vagos más arrogantes del mundo, comenzando por (el coach Bill) Belichick y de ahí para abajo. Díganles que se diviertan en el Pro Bowl. Arrogantes cab****s.

“Es chistoso, desde el Spygate, parece que nada les sale bien. No sé porqué sea”.

A ver, Suggs, con calma.

De acuerdo, nadie puede negar que Brady y Belichick son arrogantes. No dijo ninguna mentira. Pero Suggs no es precisamente el niño en el poster de la humildad y la mesura. Es perro comiendo perro, si me preguntan a mi.

Baltimore ganó y lo hizo bien, con justicia, superando en todas sus líneas a los Patriotas. Joe Flacco fue mucho mejor que Tom Brady. Boldin fue mejor que Welker, Rice que Ridley, Lewis que Ninkovich, Ngata que Wilfork… bueno, ya me entendieron.

Nunca, nunca hay que subestimar el corazón de un equipo veterano. Un equipo que sabe que va a perder a su alma, al motor, a aquel que les llena el tanque de adrenalina cada juego y que hoy, hoy por hoy, está jugando como si todavía tuviera años por delante. No, a Ray Lewis le quedan 60 minutos de football. Nada más. Y les está sacando todo el provecho.

Lewis, está demostrando con peras y manzanas lo que es un líder: alguien capaz de elevar el nivel de juego de la gente a su alrededor.

Si Lewis no anuncia su retiro, dudo mucho que Baltimore esté donde está ahorita, empacando rumbo a Nueva Orleáns. Era un equipo inconsistente, sin identidad, con una defensiva endeble y un ataque cuestionable.

Hoy no se les cuestiona nada. Mucho menos a una defensiva que frenó en seco a lo que es un equipo con un ataque formidable. Brady no supo ni qué le pegó. (Eso no le impidió barrerse como defensa central del Picamoscos).

El corazón, la intensidad y el talento tienen a Baltimore a un triunfo del campeonato. Vaya combinación, y toda ella se puede encontrar en el 52.

Pero si bien Lewis es el motor, Flacco es la gasolina. Sin él bajo el centro, las cosas no suceden.

¿Elite? No, no todavía, pero si es un controlador de juego, lo hace como pocos, si tiene que ganar el juego, cuentas con él. Si se trata de no perderlo, lo hace como pocos. La muestra son sus 8 pases de TD sin intercepción en estos playoffs. Concedido, le tenemos que apuntar dos de esos a la secundaria de Denver, pero aún así sigue siendo algo digno de mencionarse.

De hecho, todo aquel QB con 8-0 en una postemporada ha terminado ganando el Super Bowl. Así de importante se ha vuelto Cool Joe.

De lo mencionado por Suggs, el Spygate, puede ser una teoría de conspiración más retorcida que la del fin del mundo maya, pero es algo que sin duda llama la atención.

Dejemos atrás la cifra obvia de 0 (CERO por si lo quieren confundir con una “o”) campeonatos desde que se les cachó grabando señales defensivas a los Jets.

Tom Brady, el que para muchos es el mejor pasador de la historia, el que inició su carrera en playoffs con registro de 10-0, ahora tiene un pedestre, por no decir mediocre 7-7 desde entonces.

Si no influyó eso en sus resultados, entonces Belichick tiene muchas explicaciones que dar. Y tal vez, como Lance Armstrong, lo haga en 14 años…. aunque lo dudo.

Por cierto, si yo fuera gerente general de Miami, Buffalo o los Jets… no estaría escribiendo este Blog.

No, ya fuera de cotorreo, si yo fuera cualquiera de ellos, firmaría ya. Y por el precio que fuera necesario a Bernard Pollard: Patriot Killer.

En los próximos días estaré escribiendo algunas historias del Super Bowl, pero si quieren leer de los Hermanos Harbaugh, busquen en otro lado. No, no es cierto, también tendremos algo de ellos.