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Lecciones

Hopkins rescata a los Chargers

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Hopkins rescata a Chargers

Dustin Hopkins se vistió de héroe y rescató a los Chargers. El pateador aportó 12 de los 19 puntos de su equipo, pesar de estar lesionado, en la victoria de Los Ángeles Chargers que derrotaron 19-16 a los Denver Broncos.

Los Chargers tuvieron que venir de atrás en el marcador después del mejor arranque de partido para Russell Wilson con los Broncos, que llevó a Denver a tomar ventaja de 10-0 en el primer cuarto con un gol de campo de 51 yardas de Brandon McManus y un pase de anotación de 39 yardas de Wilson a Dulcich, ala cerrada novato que fue activado unas horas antes.

La mayor lección que deja el partido es que éstos se juegan los cuatro periodos y todos los minutos posibles del tiempo extra y que los pateadores también saben jugar con dolor y se rifan el físico por el equipo cuando es necesario.

Así lo demostró Hopkins, quien sintió un dolor en la pierna derecha después del punto extra después de la anotación de Austin Ekeler, con la que los Chargers se acercaron 10-7 en el marcador.

A partir de ese momento, Hopkins estuvo incómodo en la banca del equipo de Los Ángeles y tuvo que utilizar una compresa de calor para mantener caliente el músculo y poder patear el balón. Literalmente fue el encargado de rescatar el juego para los Chargers, que si bien movieron bien el balón, sus series ofensivas fracasaban por la presión de la defensiva de los Broncos y la ineficiencia en la ejecución de Justin Herbert y compañía.

Lo que fue un inicio prometedor de partido, con ofensivas sostenidas y un par de anotaciones, una por bando, se convirtió en un duelo de pateadores, en el que los Chargers salieron con la mejor parte gracias al sacrificio y el esfuerzo de Dustin Hopkins, quien a pesar de su lesión y de verse visiblemente adolorido después de cada intento, no se achicó y rescató el resultado para el equipo de Los Angeles.

Hopkins rescató el partido con goles de campo de 37, 31, 35 y 39 yardas, con los que los Chergers dejaron su récord en 4-2 y dejaron a los Broncos con 2-4 y con más dudas en torno a Russell Wilson y la ofensiva de Denver, que simplemente no camina.