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Liga Mayor

Jugando en familia

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Esta semana entrevistamos a Ángel Issac Carrillo Lizares, quien desde el primero de febrero estrena posición como coach de corredores de los Aztecas.

 

Anteriormente trabajaba en el mismo sistema ofensivo, pero en otra posición, por lo que la actual transición le ha parecido fácil.

 

Ha comenzado su trabajo implementando una filosofía diferente a la del coach anterior pero con vista en el mismo objetivo: “ser una parte fundamental en la ofensiva”, afirmó Issac.

 

Piensa que su trabajo no es nada diferente a lo que hacen otros coaches, primero que nada su función es que los chavos entiendan más de futbol, lo que es ser corredor.

 

Su objetivo es que los corredores sepan lo que hacen los demás jugadores. Aunque el trabajo de un corredor es, a su parecer, el más sencillo en la ofensiva, el éxito de un corredor depende de lo que hagan los demás. Al tener un profundo conocimiento de lo que hacen los otros, aumenta la posibilidad de los corredores a lograr movimientos completos.

 

Es fundamental que conozcan la ofensiva: en un pase deben saber dónde mira el quarterback, o que hombre podría tacklearlo, entre otros.

 

Para el entrenamiento, nos comentó la importancia de la utilización de videos. Pues en estos se observan detalles de posición, salida, lectura, acarreo y rutas, que en el campo no son captadas. Estas observaciones les ayudan a corregir, primero en técnica y luego en la ejecución.

 

En el pasado estuvo trabajando con otros dos coaches de la línea ofensiva. Del coach Oscar aprendió la importancia que tienen el estudio y la disciplina en el desempeño de un jugador. “Siempre tienes la oportunidad de aprender algo nuevo,” aseguró.

 

Durante el tiempo que colaboró con Carlos Fischer comprendió la importancia que puede tener el coach sobre su equipo.

Apoyarlos directamente le proporcionó la oportunidad de conocer a fondo a la ofensiva y poder llevar este conocimiento a la formación de los corredores.

 

Espera apoyarse en sus corredores, y lograr que sean líderes. Que aprovechen la experiencia que ya tienen, pues “no hay nada como lo que aprendes en el campo.”

 

Para despedirse aconseja al equipo a enfocarse en ser una familia unida, en la que nunca se dejen de reforzar los valores.

El coach Carrillo está decidido a demostrarle a cada miembro de esta familia lo fundamental que es su papel, y el de todos los demás.